lunes, 3 de marzo de 2008

Animae et Ventus


Lentamente, con parsimonia y serenidad, abres los párpados que encierran tus ojos. La pupila se contrae, y notas los claros esbozos borrosos. Respiras profundamente, hacia tu interior, y piensas en ese nuevo día... ¿Qué sucederá?. Pero para ello debes levantarte y el trabajo es costoso.

Acabas erguido, con el cuerpo adormilado y torpe todavía, con una sensación de frío que te hace añorar el calor de tus sueños. Aclaras bien la vista y no ves lo de siempre.

Hay vida más allá de tu mirada, la puedes oler, la puedes ver, la puedes saborear, pero sobretodo, la sientes. Notas ese cambio que inunda tu pecho, sientes el reguero frío de la brisa matutina que acaricia tu piel como el más dulce de los amantes. Sientes la añoranza y las bonitas palabras de tus memorias y conoces entonces los sentimientos sin nombre, los que te hacen vivir, de una manera u otra.

Y es entonces, cuando conoces lo abstracto de la vida, cuando la sientes y la vives, cuando el alma corre con el viento, libre, a su movimiento, como deseé. "Animae et Ventus", las almas y el viento, ambas unidas en una misma brisa que airea y da aliento a tu mundo.

Y despiertas, de nuevo, per esta vez es todo lo mismo. Todo esta en su sitio, todo igual, todo aparentemente como sempre... Pero sabes ver más allá, y sabes que sea sueño o realidad, siempre hay luz sobre un manto de oscuridad.

Para aquellos que han de observar la vida en toda su plenitud, pues hay luces y sombras por igual.

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