sábado, 1 de marzo de 2008

Carretera del pasado


El despertar de un presente, tranquilo, sereno...todo corriente y monótomo, todo como el día de ayer, todo como el día de mañana. Y tras un suspiro de sumisión, vuelves a actuar con las pautas de siempre. El día gris y el viento seco, y ya cansado de lo mismo, recuerdas, piensas en aquel pasado de pasos lejanos que ya anduviste una vez. Recuerdas...

Observas esos momentos en los que la vida era sencilla y simple, en la que tu única preocupación era, sin saberlo, mantener tu ignorancia del mundo que te rodeaba. Recuerdas las sonrisas, pero no recuerdas porque salían, no sabes que razón tenías...simplemente brotaban a la luz del día, deseosas de cubrir el mundo bajo sus pies sin conocer todavía los límites que las frenarían. Y mirabas el infinito, como si al alzar el brazo pudieras aferrarlo con la mano y atraerlo para ti, cuando nada era imposible, cuando todavía no conocías los pasos que hay que dar para llegar a un horizonte.

Observabas el cielo con serenidad, transformando nubes en castillos, donde el único mundo que conocías era el que recreabas, siendo el armario la montaña y un cubo el pozo más profundo. Era entonces cuando transformabas lágrimas en sonrisas, cuando nada tenía fin, cuando no había un mañana porque los días y las horas eran eternas. Era entonces cuando sentías el calor de la simple felicidad, tan espontánea y sencilla, y tan dificil de conseguir a veces... Era entonces cuando despertabas y el día era nuevo, de un color diferente, con una aventura distinta, con sueños de fantasía que jamás olvidarías.

No conocías el engaño ni el verdadero dolor, no conocías mayor miedo que el de la sombra de debajo de tu cama, no conocías la verdad de los hombres ni te interesaba. Simplemente vivías cada día de tu vida, sin importar nada más.

Y un día, abres los ojos, las hojas otoñales caen y los días se vuelven oscuros. Perdiste aquellos días, para ganar otros. Pero ya no vives como antaño, ya no sabes continuar con la misma sencillez. Y te preguntas, que si antes hubieras visto aquel futuro que ahora vivías, ¿qué habría pensado?... ¿Ha sido a mejor o a peor?... ¿Qué habría opinado de los sucesos de mi vida?... Meras preguntas sin respuestas.

Ahora observo la carretera del pasado, para recordarme quien fui, pero mis pies continúan su camino, para marcar quien soy.

2 comentarios:

Muerte por vida dijo...

¿Y qué me dices, de las sensaciones que nunca se vuelve a sentir?

Veo que tenemos un nuevo mundo en el universo blog... Y he aquí una persona encantada de conocerlo.

Suerte en su viaje, señor Geyjoy.

Muerte por vida.

Nicolas Ware Romero dijo...

Gracias por el comentario.

Respecto a lo que has comentado te diría que sí, también entran, pero no todo se acaba por completo ni nunca sabes los giros que puede dar una vida. Aqui es donde se atribuye el: "nunca digas nunca" xD. Todo resulta relativo, pero me centro más en la visión del pasado desde el presente y la reflexión sobre la propia evolución en ese trance de tiempo.

Encantado de ver tu presencia por estos parajes, espero que te agraden o que puedas criticar los artículos que exponga ^^